Tecnología aplicada a la salud, llegan los colchones digitales

La salud es una de las tres cosas principales que nos preocupan a todos los seres humanos. Para estar tranquilos en este aspecto podemos o contratar un seguro de salud, o prevenir posibles enfermedades. Dentro de la prevención el colchón es un elemento muy importante para un buen descanso.

Los nuevos colchones no sólo ofrecen un buen descanso nocturno, sino que se están haciendo inteligentes para ofrecernos datos sobre nuestro estado de salud. En breve monitorizarán el ciclo del sueño, ayudarán en el cuidado de niños y ancianos, y nos ofrecerán cada mañana un informe completo de nuestras constantes vitales.

El primer colchón del que tenemos noticia se fabricó hace 77.000 años y era de paja. Algunos colchones prehistóricos estaban ya dotados de cierta tecnología, puesto que contenían varias capas de plantas con repelentes naturales para los mosquitos. Desde entonces el colchón ha evolucionado fundamentalmente en estructura, y composición. En el siglo pasado se desarrollaron los primeros colchones terapéuticos, como el colchón antiescaras. Hasta ahora nuestra preocupación era saber qué nivel de firmeza nos convenía (blando, intermedio o duro), pero todo ha cambiado en los últimos años, y esta preocupación también es historia: los nuevos colchones personalizan ya el grado de firmeza, ahora lo que preocupa a los fabricantes es que el colchón monitorice nuestra salud, y cuide de niños y mayores. En breve para adquirir un colchón personalizado e inteligente, nuestro smartphone accederá al sistema informático de una empresa de colchones, y elegirá para nosotros el que mejor se adapte a nuestro estado de salud, y requerimientos funcionales.

El colchón para los más activos de la casa: los colchones modernos se personalizan, incluso los de dos plazas. Cada lado tendrá memoria del nivel de firmeza solicitado por su usuario, se ajustará a su situación fisiológica, y creará el microclima más propicio para conciliar el sueño (ya hay colchones que permiten seleccionar su temperatura). Cada mañana le informará de su nivel de descanso nocturno, y de las constantes vitales que le interesen para el control de su salud: peso, temperatura, ritmo cardíaco, frecuencia respiratoria, etc. que podrán ser archivados y procesados, avisando cuando se produzcan cambios para su salud.

El colchón para los más pequeños de la casa: además de monitorizar los datos de salud (ciclo de sueño, temperatura, frecuencia respiratoria, posición, grado de humedad, etc.), y avisar a los padres de cualquier cambioque precise atención inmediata, los colchones infantiles se preparan para que puedan modificar el reparto del peso del bebé ,y evitar así deformaciones en su cráneo, por pasar mucho tiempo durmiendo boca arriba. También renovarán el microclima de la cuna para que el nivel de oxígeno sea el más adecuado. Los colchones también se preparan para integrar sensores que puedan prevenir la muerte súbita del lactante.

Un colchón para los mayores: los colchones, además de informar de sus datos de salud, ayudarán a cuidar de los mayores discapacitados, así detectarán la ausencia de la cama por la noche en un enfermo con Alzheimer, avisando de inmediato a sus cuidadores, y podrán detectar una crisis de epilepsia nocturna. Todos los datos de salud quedarán almacenados, procesados, y a disposición del personal sanitario.

¿Y si de momento necesito un colchón normal? Pues no lo dude: siempre elija el de firmeza media (ni duro, ni blando), deje que se airee todos los días durante unos minutos, y cámbielo de posición varias veces al año, para que mantenga mejor su forma.