Pedaleando un poco sobre seguros para bicis

Hace años me contaron que en Holanda todos utilizan las bicicletas de todos. Sales de casa y pillas la primera que encuentras, llegas a tu destino, la dejas y al volver eliges otra que puedes llevarte sin problemas. ¿Será una leyenda urbana? Tal vez, pero lo que fundamentalmente se necesita para que este modelo funcione es un parque de bicis similar al de la población, como comprobamos en las aceras de ciudades como Amsterdam, Brujas, La Haya… Recurrir a la bicicleta como medio de transporte -no sólo como deporte- llega en masa también a nuestro país. Y con su proliferación, aumentan los accidentes, los robos y todo tipo de incidentes.

¿Quién no tiene una bici en su casa, en el trastero o en el garaje? ¿Quién, quizá, no se comprará una nueva ahora que llega el buen tiempo? ¿Quién tuvo bici pero se quedó sin ella porque al volver donde la dejo sólo encontró el candado abrazado a la farola?

Es hora, por tanto, de tomarse en serio la práctica del ciclismo, ya sea para darse una vuelta a la manzana, por el parque y la sierra más cercana a nuestra ciudad, como para lanzarse a toda velocidad por un carril bici revestido con culots y con pegatinas publicitarias del supermercado del barrio al que acudimos el fin de semana.

¿Qué nunca te ha pasado nada? Ni robos, ni caídas, ni choques, ni atropellos… pues por aquello de la estadística ahora ocupas una de las primeras posiciones en la lista de próximos accidentados o perjudicados por incidencias relacionada con el ciclismo. Me creas o no -pero con el ánimo de que no te fíes tanto de tu experiencia-, voy enumerar casos de problemas que han llegado a ser ejemplos de los que podríamos aprender a prevenir; son historias reales sucedidas a personas de carne y hueso como tú, con bicis de verdad, nada de aventuras digitales recreadas por la informática. Son incidentes que, lamentablemente, se han producido y, lo que es peor, van en aumento.

Empiezo por la asistencia en la carretera, en el camino, en el monte o en donde sea. ¿Por qué asumimos esta opción para los coches pero no en bicicletas? Es tan sencillo como que se pincha una rueda, no puedes arreglarla y estás muy lejos, suficientemente lejos como para no volver por tu propio pie. ¿Sabes que hay seguros que ofrecen la asistencia en carretera un servicio 24/365 en todo el territorio nacional? ¿Bajo qué condiciones? Basta que estés en un lugar accesible, es decir que sea posible recoger tu bicicleta sin necesidad de alquilar un helicóptero… vamos, que allá donde te suceda el percance sea capaz de acceder un vehículo de asistencia.

Para esos ciclistas más audaces las compañías de seguros ponen un límite de asistencia porque algunos acaban alejándose demasiado del taller más cercano. Conocemos pólizas de este tipo que, por lo menos, transportan la bicicleta en un radio de 100 kilómetros. ¡Que ya está bien!

Y ahora un clásico: sales de la sesión de spa y tu bici -candado incluido- ha desaparecido. Bien: ¿qué haces? Vas y lo denuncias. Pasan los días y la bicicleta sigue sin aparecer: ahí se acabó la historia. Con un seguro ad hoc, recibes una indemnización con tan solo enviar copia de la denuncia y de las facturas de la bici y el candado. Ese es el procedimiento si la bicicleta no aparece… pero si, felizmente, la recuperas, casi puedes estar seguro de que te has convertido en la excepción que confirma la regla de los robos de bicis.

No atropellas con la bicicleta a ningún peatón y tampoco un coche te arrolla… pero sí se produce colisión entre dos (o más) ciclistas y, como consecuencia, uno (o más) te reclama daños y perjuicios por las lesiones sufridas en el percance. ¡Qué mejor que contar para estas ocasiones una cobertura de Responsabilidad Civil para los daños personales y materiales a terceras personas! Claramente merece la pena estar protegido en estos casos.

Te derriba un vehículo, acabas en el hospital y la bici y el GPS que incorpora acaban con no pocos desperfectos. ¿Quién se hace cargo de tu traslado al centro sanitario y de los desperfectos materiales? ¡Un seguro especializado en estos lances!

¿Tienes bici -tú, tu familia, tus amigos…- y sigues pensando que es mejor seguir como estabas? Ni me lo creo ni me vas a convencer. ¡Venga, seamos responsables porque existe en algún lugar la póliza que mejor te protege, a ti y a los tuyos y luego lánzate a pedalear sin preocuparte de nada más!