Un alquiler arriesgado

En los últimos años han prosperado mucho a nivel internacional las compañías “low cost”. Sin embargo, es muy importante considerar factores que van más allá del precio expuesto a primera vista.

El sector dónde se hizo famoso este concepto son las aerolíneas. A estas alturas, por todos es sabido, los métodos que utilizan estas compañías para poder permitirse poner a nuestra disposición estos precios. No obstante, todos los consumidores asumen esas desventajas y consideran que vale la pena, dada la cuantiosa rebaja en la tarifa.

Esta forma de negocio se ha extrapolado con éxito a otros sectores. Sinceramente, es un método simple, pero muy efectivo, si se lleva a cabo correctamente. Basta con examinar el tipo de servicio que están dando las compañías en el mercado, y eliminar ciertos costes complementarios, pudiendo así permitirse ofrecer un precio notoriamente inferior.

El problema emerge cuando se cruzan ciertas líneas rojas, y se eliminan costes o servicios que son inherentes al principal. Y el caso que nos ocupa, creo que cruza esa línea.

El negocio de alquiler de coches se ha transformado mucho en los últimos años. Hoy en día la mayoría de los alquileres se hacen por internet, y en este medio, operan muchas compañías que ofrecen precios realmente bajos. En este caso, es difícil de imaginar qué costes complementarios suprimen para poder ofrecer esa tarifa. La respuesta, la encontraremos leyendo la parte del contrato correspondiente al seguro.

Cuando se realizan viajes a determinados lugares del mundo, como puede ser Estados Unidos o Australia, el coche no es un complemento del viaje. En la mayoría de las ciudades de estos países, y similares, se necesita un coche para desplazarse. A veces, al ser considerado un gasto inherente al viaje, intentamos reducirlo al máximo, contratando un coche de gama baja y lo más barato posible.

No obstante, cuando se busca lo más barato, hay que leer bien los términos del contrato. El seguro es algo fundamental a la hora de alquilar un coche. Tener un buen seguro evitará sustos o disgustos innecesarios en un país que no es el nuestro, y por lo tanto, no conocemos al cien por ciento.

La fórmula más utilizada, por algunas de estas compañías, para abaratar el precio del coche son los seguros con franquicia. Éstos comparten una parte del riesgo con el cliente, teniendo este que pagar la reparación hasta una determinada cifra.

Sin embargo, cuando se alquila un coche de gama baja con un seguro con franquicia de 3.000 euros, eso significa que prácticamente cualquier incidente será pagado por el cliente en su totalidad. Esta cantidad te hace arriesgarte a que cualquier accidente que no ponga en riesgo tu salud, pondrá tu bolsillo.

Estos términos no están explícitos en el contrato, por lo tanto se deberá leer a conciencia para evitar una desagradable sorpresa. Un seguro a todo riesgo es lo más adecuado para conducir por un país extranjero, sin lugar a dudas.

A todos nos gusta correr alguna aventura en nuestros viajes, pero es mejor elegir otra más divertida que contratar un arriesgado seguro de coche.