Electrizante Nikola Tesla

“¡Que llego 30 mins tarde! No pude avisarte antes y ahora atascazo para el centro. Ya te contaré… Sorrysorrysorry!“

Cristina lee el mensaje de whatsapp en su smartphone y suspira. Su amiga Stefanie siempre llega tarde, y se pregunta si cabe la posibilidad de que sea la única alemana impuntual que hay en el mundo…

Cristina se agobia con el gentío de la calle y el tráfico de coches, propio de la tarde y las fechas navideñas. Sin saber muy bien que hacer, da media vuelta sobre si misma y se encuentra con un gran cartel de una de las exposiciones que hay en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid. Se llama “Nikola Tesla: suyo es el futuro”. Lo que ve en el cartel es un señor con bigote, vestido como su bisabuelo, que señala el suelo con el dedo y del que sale como un haz brillante de luz. Cuando deja de dar el sol en la confluencia de las calles de Gran Vía con Fuencarral, el viento frío de Madrid empieza a calar en los huesos y Cristina, tanto helada como intrigada decide entrar y  ver de qué va eso de “suyo es el futuro”.

Resulta que el señor con bigote es el tal Nikola Tesla, que fue un inventor y visionario que vivió casi 90 años, entre el siglo XIX y el XX. Y nada más entrar descubre el principal logro del científico:

“¿Que la electricidad tal y como la usamos ahora es un descubrimiento de Tesla y no de Edison?”

Sí, así es. La electricidad que se utiliza en las casas de todo el mundo es a través de un modelo de corriente alterna que inventó Tesla, y no Edison, que siempre defendió el modelo de corriente continua, mucho más primitivo e ineficaz. Esta es una de las primeras sorpresas con la que Cristina se encuentra. Y es que aunque poco a poco va ocupando el lugar que le pertenece en la historia, el inventor de origen yugoslavo, y nacido en 1856, no tuvo una vida plena de alegrías y éxitos a pesar de su ingente legado en inventos, patentes y descubrimientos.

“¿Que la radio no es un invento de Marconi sino de Tesla?”

Otra vez, así es. Y no pongan esa cara. Tesla es el gran inventor del siglo XX, pero eso no se tradujo en un pragmático plan vital y económico. En el caso concreto de la radio, el robo fue pergeñado con una treta similar a la de Edison. Sin mencionarlo, Marconi se apropió de 17 patentes de Nikola Tesla. Y en 1901, uniéndose con Edison, y usando a la prensa como testigo, realizaron una transmisión transatlántica en código morse de la palabra “s”. Lo que se dio a entender que fue la invención de la radio. El ninguneo de Tesla fue completamente intencionado y sólo después de 40 años, tras un largo litigio, se reconoció su autoría en la invención de la radio. Eso fue en el año 1943, y el científico nunca pudo ver la recompensa a su lucha puesto que había fallecido unos meses antes.

Imbuida en la exposición, Cristina se asombra de nuevo ante la colosal carrera de Tesla. Entre sus logros están: el motor eléctrico de inducción (necesario para el óptimo uso de la corriente alterna), las lámparas de bajo consumo, la llamada “bobina Tesla”, la transmisión inalámbrica de la electricidad… Y fue precursor y pionero en robótica, aviones de despegue vertical, del control remoto, de los rayos X… En total, hay más de 600 patentes otorgadas a Tesla.

Cristina también puede comprender la dimensión personal de su figura: junto a una superdotada mente para la ciencia y su casi sobrehumana capacidad de trabajo, Nikola Tesla desarrolló una fuerte personalidad poco amiga de bailarle el agua a los poderosos y empresarios cuyo único objetivo era el de aumentar su fortuna. Un carácter que provocó la gran mayoría de problemas y dificultades a lo largo de toda su vida. Inhabilitado o no para una vida dentro de las convenciones del momento, Tesla dejó bien claro en una de sus muchas entrevistas su fin último: «La ciencia es una perversión de sí misma a menos que tenga como objetivo final el mejoramiento de la humanidad«. 

Mientras Cristina valora las palabras de Tesla siente una vibración constante en su teléfono que le devuelve a la realidad… Es Stefanie quien llama, y le pregunta dónde está. “¡Contenta me tienes! Estoy dentro de la exposición, vente a buscarme”, le espeta sin mucha convicción Cristina.

Al poco Stefanie aparece y cogida del brazo de Cristina se detienen frente a una gran fotografía del inventor y ambas le miran. “Es Nikola Tesla, el electrizante… ¿Sabías que gracias a él tienes luz cuando le das al interruptor?”.

NOTA: de entrada gratuita, la exposición “Nikola Tesla: suyo es el futuro” está actualmente en el Espacio Telefónica Fundación de Madrid hasta el 15 de febrero. Consulta la web para horarios, actividades relacionadas y el programa educativo disponible.

NOTA2: una de las muestras de la presencia en Tesla en la imaginería popular y la cultura actual es el nombre comercial de una de las marcas de coches que más se habla últimamente, la californiana Tesla Motors. Cuyo por ahora único modelo, el Model S, está considerado como uno de los mejores automóviles de la historia. Y una de las características de los coches Tesla es que, evidentemente, sólo pueden ser eléctricos…