Evaluación desastres

Tras la mayoría de los desastres naturales viene un baile de cifras. Mediante estos números, los medios de comunicación tratan de medir el desastre en términos económicos, pero ¿cómo se realizan esos cálculos?

La evaluación de un desastre puede definirse como un proceso en el cual se determina el impacto que dicho desastre ha tenido sobre la sociedad. La metodología que utilizan las compañías aseguradoras para medir las pérdidas derivadas se basa en métodos estadísticos complejos de simulación de desastres, a partir de la cuantía de los bienes asegurados en las pólizas.

La primera tarea a realizar es la evaluación del determinado peligro. Según el tipo, se considerarán una serie de parámetros, los cuales son los que tienen más influencia sobre los daños que puede ocasionar el fenómeno. Por ejemplo, en un tsunami depende de la altura del agua o en un terremoto de la velocidad máxima del terreno.

Un factor fundamental en la estimación de peligros es la recopilación de datos históricos, con los cuales se deberá construir un modelo sobre la frecuencia- intensidad en términos de probabilidad.  

A su vez, se realiza un análisis de la vulnerabilidad. Para ello, es necesario disponer de información sobre grado de desarrollo de la sociedad considerada o el grado de cumplimiento con la normativa en el área de construcción. A su vez, es importante considerar los daños sufridos por sucesos naturales pasados.

Mediante la recolección de datos tanto sobre sucesos pasados, como sobre las condiciones físicas del escenario, nos hace evaluar la capacidad de un país/sociedad de hacer frente a un desastre natural y cómo puede afectar a su desarrollo.

La realización de modelos predictivos da una estimación en forma de probabilidad sobre la posibilidad de un gran desastre y los daños que puede causar. Sin embargo, una vez acaecido el desastre, ya no se pueden utilizar más estos modelos y se deben evaluar los daños reales, los cuales podemos dividir en tres: directos, indirectos y macroeconómicos.

Los directos se refirieren a material afectado directamente por el desastre, desde infraestructuras hasta maquinaria o medios de transporte. Los indirectos consideran los flujos de bienes y servicios que dejan de producirse a causa del siniestro. Por último, los efectos macroeconómicos es el nivel de daño que hace este suceso a las dichas variables, como pueden ser el PIB, empleo o inversión bruta.

En países en vías de desarrollo, el grado de castigo que recibe la sociedad es mayor, ya que se deben destinar a reparar y socorrer a los afectados muchos recursos que deberían ir destinados a proseguir con su progreso.

Tras todos esto, es cierto que los desastres naturales son sucesos fortuitos, pero…¿inesperados?