Olas aseguradas

Cuando se nombra Australia, es habitual hacer una conexión inequívoca con uno de los deportes más populares en la isla más grande del mundo: el surf.

Cuando aterrizas en el país de los canguros y los koalas, una vez consigues atravesar las famosas aduanas, y te acercas a una de las miles de maravillosas playas de las que dispone, te das cuenta de que no es ni mucho menos una connotación errónea. En este país mucha gente práctica este deporte, y puedes ver las playas repletas de “surferos” prácticamente en cualquier época del año.

Inevitablemente, también hay otro nombre que se nos viene a la cabeza con la mención de este país: tiburones. No en vano, las aguas australianas están infestadas de este tipo de animales, y entre ellos, el temido tiburón blanco. De los 75 ataques de tiburón en el mundo en 2011, 11 fueron en Australia (3 mortales), la mayoría de ellos la parte occidental del país.

Sin embargo, la probabilidad de cruzarte con un escualo es muy pequeña. Más aún si acudes a las playas de la ciudad más importante del país, Sídney, dónde tienen redes para evitar su intromisión, y helicópteros vigilando continuamente.

Por lo tanto, hay muchas otras cosas de las que preocuparte mientras disfrutas de las olas. Hay que tener más cuidado con el pico de las tablas y, sobre todo, con evitar ser arrastrado por las corrientes marinas.

Dado lo habitual de esta actividad en este lugar, ¿tendrán las compañías aseguradoras en cuenta esta práctica, y por tanto, podrá ser incluida en los seguros de viaje? La respuesta, es que sí.

Entre los numerosos seguros para “surferos”, se tiene la posibilidad de contratar un paquete en el que se incluyan como contingencias los gastos médicos en caso de lesión, la responsabilidad civil (por ejemplo, en caso de que tu tabla dañe a otra persona) y el equipamiento durante el viaje, entre otras coberturas.

Merece una mención especial la cobertura contra los daños del equipo de surf. Los aficionados a este deporte, experimentan una odisea cuando atraviesan los controles de las aerolíneas. Las tablas de surf distan mucho de ser pesadas, pero por sus dimensiones son bultos “molestos” para las compañías. Por ello suelen aplicar tarifas especiales, eximiéndose además de responsabilidad en caso de daño. Es esta situación la que hace esta cobertura especialmente acertada.

Sin embargo, a pesar de la impresión que puede dar esta actividad, las compañías aseguradoras la catalogan como deporte de grado uno. Lo que significa esta calificación es que se le considera una práctica dónde las probabilidades de lesión son mínimas. Por lo tanto, los amantes de uno de los deportes más antiguos que existen, sólo deberán preocuparse de encontrar su gran ola.