Reglas de oro para viajar tranquila durante el embarazo

No es la primera vez que una mujer da a luz en un avión o en un taxi, aunque son historias que se encuentran más cerca de la ficción que de la realidad.

Viajar tranquila

No es la primera vez que una mujer da a luz en un avión o en un taxi, aunque son historias que se encuentran más cerca de la ficción que de la realidad. Sin embargo, nunca está demás que las embarazadas que decidan irse de vacaciones tomen una serie de precauciones y medidas para disfrutar de su descanso por partida doble.

El periodo de menor riesgo para viajar es a partir de la semana 18, ya que el embrión ha superado las dificultades de implantación, el volumen del abdomen todavía no incomoda demasiado y se corre menos peligro de sufrir un aborto espontáneo. Después de la semana 34 es preferible no moverse demasiado, aunque debe ser el ginecólogo el que decida la conveniencia o no del viaje.

Estos son los preparativos y las reglas a seguir, con independencia del medio de transporte que utilice y el lugar de destino, para tener un viaje tranquilo:

– Es aconsejable que la salida se organice con antelación, para evitar las prisas de última hora.

Lo más importante es la documentación. La embarazada debe llevar un informe con los datos clínicos del embarazo, del seguro médico y de viaje.

– Llevar una agenda con los teléfonos necesarios en caso de urgencia y un neceser con lo imprescindible en caso de parto prematuro.

– Es aconsejable que lleve todas sus vitaminas y medicinas para más días de los que durará el viaje, por si tuviera que quedarse más tiempo.

– La ropa, ante todo, tiene que ser cómoda: sin elásticos, zapatos flexibles sin tacón, bolsos ligeros, etc. Las medias de compresión venosa son ideales para evitar el riesgo de coagulación.

– Durante el viaje es recomendable llevar a mano algo de comida, como frutos secos, galletas o alguna fruta, ya que las mujeres embarazadas tienen más predisposición a marearse.

Por medio de transporte

Avión

– Infórmese sobre la política de la aerolínea. La mayoría de compañías aéreas exigen un certificado médico a partir de las 35 semanas de gestación.

No debe volar ante el menor indicio de que el parto pueda adelantarse.

– Solicite un asiento cerca del baño y de las puertas de salida, donde no haya una fila delante y pueda estirar las piernas y levantarse más fácilmente.

– Los detectores de metales de los aeropuertos son totalmente inocuos tanto para la futura madre como para el bebé. Si lo desea, puede solicitar ser revisada por el personal femenino.

– El cinturón de seguridad debe colocarse por debajo del vientre, sobre las caderas.

– Se recomienda pasear por el pasillo cinco minutos cada hora, para evitar trombosis y acumulación de líquidos.

Beba líquidos constantemente; la humedad en el avión es baja.

Tren

– Es el medio de transporte más cómodo en cuanto a la movilidad que permite a la embarazada.

– Es más fácil cambiar de posición durante el trayecto y levantarse para caminar.

– Si viaja de noche ,puede tumbarse y descansar. Los trenes de alta velocidad son la mejor opción.

Coche

– Para los trayectos cortos es la mejor opción. Si quiere hacer un viaje largo es mejor que lo consulte con su médico.

– En los últimos meses de embarazo se desaconseja la conducción.

– Se recomienda parar cada dos horas como mínimo para estirar las piernas, ir al lavabo y caminar durante 10 minutos.

Planifique el viaje contando con parar con frecuencia, sin prisas y con tiempo suficiente para descansar.

Barco y autobús

– Son los medios menos aconsejables.

– El autobús no suele tener baño y, si lo tiene, no es lo suficientemente grande.

– Las posibilidades de movimiento son escasas y las paradas, pocas.

– Si se realiza un crucero, evitar los programas cargados de actividades.