Seguros para coches
de segunda mano

Qué son los seguros de coche de segunda mano

Todos los coches tienen que ser asegurados en España, ya sean nuevos o de segunda mano. Por lo que, sin duda, también existe en el mercado una amplia gama de seguros de coche de segunda mano, al igual que modelos de seguros para coches nuevos. Así que el comprador de un coche ya usado tiene que atender a esta obligación, con el problema de que el estado o antigüedad de su vehículo puede que no le ponga las cosas fáciles a la hora de contratar la póliza que desea o la más ventajosa.

En principio, todas las compañías ofrecen los mismos seguros, desde las modalidades más básicas a terceros hasta las más completas a todo riesgo, para coches nuevos o de segunda mano, pero la realidad es que resulta más difícil asegurar el coche usado a todo riesgo si éste tiene una antigüedad que ronde los diez años. En estos casos, aunque sólo permitan contratar la póliza a terceros, suele darse la posibilidad de ampliar las coberturas con los seguros de robo, lunas e incendios. Si por el contrario, el coche de segunda mano que se quiere asegurar no es muy viejo, no habrá ningún problema en suscribir la modalidad de seguro que se desee: desde terceros a todo riesgo, ya sea con franquicia o sin ella.

Es probable que en el caso de que el propietario de un vehículo de segunda mano con una cierta antigüedad solicite asegurarlo a todo riesgo sin franquicia, la compañía del seguro decida someter el coche a un examen por parte de un perito para conocer el estado real. Lógicamente, si la compañía detecta que el estado técnico del vehículo está muy deteriorado, declinará ofrecer una póliza a todo riesgo o elevará notablemente la prima.

Por eso, cuando uno busca un coche de segunda mano, y también consciente de que tiene que asegurarlo, es preferible no correr riesgos, acudiendo a un servicio de compraventa de confianza. No está de más revisar el coche independientemente de lo que diga el vendedor, contando con la ayuda de algún mecánico amigo. Más importante que lo que diga el cuentakilómetros – siempre puede manipularse – es la antigüedad del vehículo.

En revistas del motor especializadas en este segmento se publican tablas orientativas de lo que cuesta un coche de una determinada antigüedad en el mercado. Además, es aconsejable solicitar un informe en la Dirección General de Tráfico (DGT) para comprobar que la matrícula de ese coche está libre de multas o embargos pendientes. Finalmente, y lo más importante para poder asegurarlo, sea en la modalidad que sea, es imprescindible que el coche disponga de su ficha técnica original, requisito exigible por las compañías de seguros.

Tampoco está de más exigir al vendedor que entregue el coche con la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) ya pasada y comprobar si se está al día en los recibos del Impuesto de Circulación. Con todo ello, lo más normal es que si se compra un coche de segunda mano con cierta antigüedad pero con un muy buen mantenimiento, no habrá ningún problema en contratar la cobertura que mejor se ajuste a las necesidades del conductor, desde los seguros a terceros hasta los de todo riesgo. Sin embargo, como su valor de mercado será muy reducido, cuanto más viejo es menos sentido tiene un todo riesgo, pues la prima será elevada y la indemnización muy reducida.

Sin embargo, el mejor modo de confirmar nuestra elección es si previamente hemos comparado el presupuesto del seguro.