¿Qué pasó… con el edificio Windsor?

Han pasado ya más de 10 años desde que el edificio Windsor comenzó a arder la noche del 12 al 13 de febrero de 2005. La torre, situada en pleno centro de Madrid, concretamente en el complejo de Azca, quedó totalmente calcinada y se tuvo que demoler. El incendio se llevó por delante las oficinas situadas en el rascacielos, de las que más de 20 correspondían a la consultora Deloitte.

Un siniestro de estas dimensiones dio pie a más de un rumor entre la población. La posibilidad de que el incendio hubiese sido provocado corrió de boca en boca cuando las televisiones emitieron un vídeo en el que aparecían sombras extrañas. Se habló de que estos «fantasmas», como muchos los bautizaron, podrían ser personas que entraron en el edificio con trajes ignífugos. No obstante, el informe elaborado por los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid sobre este vídeo indicó que en realidad lo que se veía era un reflejo óptico.

Finalmente los peritos declararon que el siniestro no fue provocado. Según publicó el periódico El Mundo, en la sentencia judicial del caso Windsor, que se terminó por archivar, el juez expuso que no existían indicios de que el fuego fuese intencionado. Además, en la resolución tampoco se le atribuyó la responsabilidad penal a nadie y se indicó que en ningún lugar del edificio se habían encontrado acelerantes de combustión.

¿Cómo se originó el fuego?

Nunca se llegó a saber a ciencia cierta cómo se originó el fuego que calcinó el edificio, ya que de los informes científicos no se pudo determinar el detonante. Lo único que se pudo establecer es que el fuego se inició en el interior de un despacho situado en  la planta 21 de la torre.

Además, según publicó El País, el auto del juicio eximió de toda responsabilidad a la empleada que estuvo trabajando hasta tarde en esa misma planta. Aunque la mujer admitió haber estado fumando, explicó que había apagado las colillas. Por ello, en la sentencia se declaró que no existían indicios para establecer relación entre el consumo de cigarros y el incendio.

¿Qué ocurrió con las pérdidas?

El incendio de la torre Windsor originó muchas pérdidas a los negocios colindantes. Cabe destacar que justo cuando se produjo el fuego eran las vísperas de San Valentín, una de las épocas del año en la que más compras se realizan. Los comercios de la zona tuvieron que permanecer cerrados por un tiempo determinado, por lo que las pérdidas fueron millonarias. Además, el juicio no señaló a nadie como culpable, lo que dio pie a litigios civiles en los que se reclamaron millones de euros por los desperfectos en los negocios.

El Corte Inglés, que tiene su centro comercial al lado de donde se encontraba la torre Windsor, compró en 2006 el solar que quedó tras el derrumbe. En él se erigió la Torre Titania. Más adelante, en 2011, las principales partes enzarzadas en juicios por demandas civiles, Deloitte, El Corte Inglés y Prosegur (encargada de la seguridad del edificio en el momento del siniestro), llegaron a un acuerdo extrajudicial.

En cuanto a los pequeños negocios situados alrededor del edificio, muchos de ellos se agruparon en la Asociación de Comerciantes Afectados por el Incendio de la Torre Windsor. Según publicó El Mundo, llegaron a declarar pérdidas conjuntas de 1,2 millones de euros, por el tiempo que permanecieron cerrados debido al siniestro y a los perímetros de seguridad que se marcaron. El presidente de la asociación, Víctor Sandoval, explicó al periódico que la mayoría de las empresas afectadas «sólo cobraron entre un 30 y un 40% de lo que reclamaron».

El edificio Windsor podría haber contado con un seguro de Responsabilidad Civil insuficiente para indemnizar por los desperfectos que sufrieron los terceros afectados tras el incendio, por lo que podría haber estado infrasegurado.

¿Qué es el infraseguro?

El infraseguro se produce cuando el valor del bien asegurado, como un edificio, una casa o un coche, es superior al capital que se asegura. Por este motivo, en caso de siniestro, la indemnización que se recibe es menor que el valor del objeto asegurado. Esto ocurre porque durante la vigencia de la póliza se ha pagado una prima inferior a la que correspondería si se hubiese valorado correctamente el bien.

Si el siniestro que se produjese afectase sólo en una parte al interés del asegurado, la indemnización del beneficiario se establecería aplicando una determinada regla proporcional. Un ejemplo de ello sería si un bien vale 100.000 euros y se asegura contra el riesgo de incendio por 50.000. En este caso la entidad indemnizaría en 25.000 euros al asegurado si se destruyese la mitad, ya que se cubriría mediante la compensación justo el 50% del capital asegurado.

Por otro lado, si el siniestro afectase al total del interés asegurado, la prestación sería igual al capital que se aseguró, es decir, 50.000 euros de 100.000, que sería el valor real.

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