Las aseguradoras se aprietan el cinturón

La crisis económica se hace notar también en el sector seguros, afectando tanto a las compañías como a las corredurías. En líneas generales, la crisis económica ha hecho aumentar la sensibilidad al precio por parte de los consumidores a la hora de contratar el seguro del coche.

Por ello, tiende a aumentar el numero de clientes que, antes de renovar su póliza, valoran otras ofertas tanto a través de canales directos como a través de redes de agentes o corredurías, con el objetivo de obtener el máximo ahorro en el seguro de su coche.

Esta mayor atención al precio de las pólizas, unida a la amplia oferta de productos existente en el mercado, ha hecho que la comptencia del sector se dispare, y con ella, la guerra de precios entre las distintas compañías de seguros. Es esta feroz competencia la que provoca que algunas corredurías de seguros comiencen a ser menos selectivas para poder captar un mayor número de clientes.

Mientras en el pasado las corredurías tendían a rechazar los perfiles que presentaban historiales con alta siniestralidad, en la actualidad esto sucede cada vez menos y son pocos los conductores que se ven obligados a acudir al Consorcio de Compensación de Seguros, empresa pública que garantiza el seguro básico obligatorio a cualquier conductor.

Si hace algunos años, asegurar a un conductor novel o con menos de 25 años era casi imposible, la crisis ha provocado que en la actualidad sea posible incluso elegir entre varias pólizas de seguros. De hecho, el número de conductores que hoy en día no consiguen asegurar su vehículo en una compañía privada y que, por lo tanto, debe recurrir al Consorcio de Compensación de Seguros, se ha reducido considerablemente. Especialmente en el caso de Galicia, donde en menos de dos años la cifra ha disminuido en un 50%.

Desde Unespa, La Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras, coinciden con este diagnóstico. En palabras del propio Director de Comunicación de Unespa, Javier Fernández, “la amplísima oferta de compañías y de productos unida a la caída de las ventas de coches, que obliga más que nunca a fidelizar clientes, explican esta espectacular caída de los rechazos. Además, de las más de 60 aseguradoras españolas, algunas se especializan en ciertas franjas de conductores. Por eso, hoy por hoy resulta más difícil establecer un perfil tipo de rechazado aunque en general, no se asegura a los que tienen un historial con muchos accidentes».

Otro efecto de la crisis es la gran disminución en las ventas de coches nuevos y, consecuentemente, la reducción del número de pólizas de coches nuevas realizadas, lo que hace aumentar, más si cabe, la competencia entre las compañías aseguradoras. En época de bonanza económica se vendieron muchos coches nuevos, coches que en la mayoría de los casos llevaban consigo la contratación de una póliza a todo riesgo (con o sin franquicia). En la actualidad, en cambio, el hecho de contar con un parque automovilístico envejecido implica que los usuarios contratan coberturas menores, y por lo tanto, precios más bajos. Los seguros a todo riesgo con y sin franquicia han dejado de ser los más demandados.

La tendencia del mercado es clara: mientras más intensa sea la crisis, la inversión y gasto en este tipo de productos será menor y se tenderá, en consecuencia, a contratar seguros más económicos. Ante esta situación, las compañías y corredurías se seguros se ven obligadas a reinventarse; aumentando sus ofertas y descuentos para poder hacer frente a la competencia y continuar ganando segmento de mercado.

Pero este nuevo escenario presenta también ciertas ventajas para el consumidor, que podrá ahorrarse una importante suma de dinero si antes de contratar el seguro de su coche compara en el mercado las diferentes ofertas existentes hasta encontrar la que mejor se adapta a sus necesidades.