Roban a la hermana de Tutankamón

Este verano las revueltas en Egipto desembocaron en numeroros saqueos a los museos del país. El de la ciudad de Malawi, acaecido en agosto, fue especialmente cruento. El edificio quedó destrozado y cerca de mil piezas desaparecieron. Entre todas ellas, la más valiosa es la estatua «La hija del faraón Akenatón», de piedra caliza tallada, que data del siglo 14 antes de Cristo.

Se desconoce a cuál de las descendientes del rey representa, pero se sabe que está realizando una ofrenda. Más de seiscientas piezas robadas ya han sido recuperadas por la policía. El resto, incluida esta valiosa estatua, una colección de monedas griegas de oro, no han corrido la misma suerte.

Numerosos especialistas piensan que el robo fue totalmente intencionado, puesto que las reliquias de la era de Akenatón son las más codiciadas en el mercado negro y se sabe que los traficantes de antigüedades trabajan en la zona. 

Por ello, las autoridades egipcias acaban de lanzar una alerta internacional para localizarla, de acuerdo con el diario británico The Telegraph. Y es que el robo de objetos relacionados con el Egipto de los faraones se ha convertido en la tónica general en las disturbios vividos por el país durante los últimos tres años. Comenzó con el saqueo del Museo Nacional en la plaza Tahrir de El Cairo.

Ante estos casos, las compañías aseguradoras ofrecen seguro de obras de arte. En el caso de España, para exposiciones y colecciones grandes e importantes, la póliza más adecuada es un Todo Riesgo, que proporciona al coleccionista una cobertura sobre su patrimonio y contra cualquier deterioro físico o pérdida durante su transporte, manipulación y exposición de las piezas.

Además si se trata de una exposición pública, el seguro, también conocido como de clavo a clavo, garantiza la integridad de la obra tanto en el traslado desde su ubicación original, como en las estancias donde pueda ser ubicado para que el público la vea.

Pero ¿cómo actúan las aseguradoras? Éstas suelen pedir al solicitante del seguro el cumplimiento de unos requisitos mínimos antes de contratarlo. Entre los cuales destacan: la activación de un sistema de alarmas y vigilancia 24 horas para la custodia de obras de arte; datos de autor, título, propietario, beneficiario, medidas técnicas, lugar de ubicación y, finalmente , valor de la pieza.

Un vez expuestos los requisitos, la compañía envía a un experto que se encarga de comprobar el estado de las obras y el sistema de embalaje, informando sobre las medidas de seguridad y las herramienta que ayudarán a proteger de manera efectiva el patrimonio artístico asegurado.